VISIÓN
Somos una iglesia sanadora y restauradora de los individuos y familias a través de la proclamación del Evangelio de Jesucristo y la ministración personal y colectiva de los carismas del Espíritu Santo, a los que no conocen a Dios o han abandonado la fe cristiana, con el propósito de que se conviertan en:
- cristianos consagrados.
- creyentes de oración y conocedores de la Palabra de Dios.
- adoradores auténticos.
- servidores del reino en la Iglesia, en Puerto Rico y en las naciones.
MISIÓN
Proclamar la Palabra poderosa de Dios para restaurar y transformar vidas y familias según Cristo lo estableció en La Gran Comisión (Mateo 28:18-19).
- “Haced discípulos” – seguidores de Cristo
- “Bautizándolos” – compromiso con el Cuerpo de Cristo. Pertenecer, congregarse y servir como una gran familia.
- “Guardando la Palabra”- Vidas de testimonio y consagradas a través de la oración, el estudio de la Palabra, el ayuno y la adoración.
VALORES
- Valoramos la Biblia como la Palabra de Dios porque creemos que es poderosa para restaurar y transformar al individuo y a las familias. (Juan 5:39)
- Valoramos los carismas del Espíritu Santo porque creemos que son para la edificación de la Iglesia y el crecimiento de los creyentes. (1 Corintios 12:4-13)
- Valoramos la oración como un arma poderosa porque creemos que Dios oye y responde la oración del justo. (Jeremías 33:3; 1 Tesalonicenses 5:16-18)
- Valoramos la alabanza y la adoración porque Dios es merecedor de ella y una adoración en el espíritu es sanadora, restauradora y liberadora. (Éxodo 23:25)
- Valoramos la koinonía (compañerismo en el amor ágape) entre los creyentes porque Dios ordena amarnos unos a otros. Somos una gran familia unida por la Sangre de Cristo. (1 Juan 4:7; Juan 13:34; 1 Juan 4:11)
- Valoramos la unidad del Cuerpo de Cristo porque la Palabra de Dios establece que seamos uno, como Cristo y el Padre, para que el mundo pueda creer en su Evangelio. (Efesios 4:3; Hebreos 10:24-25; Romanos 12:4-5; 1 Corintios 1:10)
- Valoramos la niñez porque la Biblia dice “dejad los niños venir a mí porque de ellos es el Reino de los Cielos” (Mateo 19:14).
- Valoramos el servicio de excelencia en el Cuerpo de Cristo porque ejemplo nos ha dado el Maestro cuando dijo: “Yo vine para servir” (Mateo 20:28).
- Valoramos las misiones porque están en el corazón de Dios y son el sueño de Dios. Su propósito es que todos sean salvos (Marcos 16:15).
- Valoramos a cada creyente porque creemos que Dios tiene un propósito en la vida de cada uno que se añade a la Iglesia, y que si alguno se consagra, es instrumento dispuesto por Dios para toda buena obra. (Salmos 138:8; Jeremías 29:11)
- Valoramos la autoridad pastoral, porque es el orden que Dios establece en su Palabra. (Hebreos 13:17)